Supongo que debido al trastorno del sueño que padezco, y que
no descanso bien gracias a mis preciados turnos de trabajo, estoy bastante más
irascible de lo normal. Creo que esforzarse un poco por los demás no es tan
difícil, y veo que yo lo hago pero otros no lo hacen conmigo, lo cual me cansa.
Me cansa, me aburre y dado a mi estado, me irrita con más frecuencia de la que
debería.
He tenido la suerte de tener libre un par de días de la
semana santa, lo cual no suele ser habitual, y mira he querido aprovecharlos,
pero las cosas se han torcido. Y me ha tocado mucho la moral. Así que he
decidido aislarme un poco de todos, esperar que si alguien quisiera saber de
mi, se preocupara él. Por suerte hay alguien que siempre piensa en mí cuando
tiene libre, al cual le agradezco desde aquí. Posiblemente ni me lea pero bueno
dicho queda.
Y es que estoy en ese momento de la vida en que piensas en
que te queda por hacer, muchos dirían pues con la edad que tienes puedes aún hacer
muchas cosas. Y si posiblemente es cierto, pero me paro a pensar en algo que no
haya hecho y que me motive, no encuentro mucha cosa. Lo único que me apetece es
viajar de vez en cuando, y no lo puedo hacer tanto como quisiera.
No sé, por lo demás, no tengo una ilusión cuotidiana, y
además estoy bastante desmotivado por eso de que este marzo ha sido horrible, y
lo que llevo de abril no es que haya mejorado mucho el asunto. Mi vida ahora
mismo se basa en sesiones largas de Battlefield, que oye por una parte no están
nada mal… A mi matar siempre me gusta, y más si de binomio tengo a Jk, con el
que formamos el dúo tanque, ahora también helicópteros…
La realidad es bastante austera… y duele, ver según qué
cosas, pensar otras que deberías haber olvidado, sentir que quieres arreglar
algo que no se puede, olvidar lo que no deberías olvidar. Es una vorágine y una
espiral de sentimientos confusos, ni tú tienes claro que te pasa, ni los demás
pueden o saben cómo ayudarte. Y lo más raro de todo es que la gente que parece
comprenderte está lejos, jodidamente lejos… pero bueno, crecí siendo un niño
solitario no debería ser difícil adaptarme a ello otra vez.
Cuando los problemas
Te impiden respirar
Y el alma se te ahoga
De tanto llorar
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