Era una fría madrugada de noviembre, pero él despertó
envuelto a una balsa de sudor, daba vueltas en la cama una y otra vez, su
respiración agitada, sus ojos se abrieron de par en par y entonces resopló. Se
levantó de la cama y se dirigió al lavabo, un poco de agua fresca le vendría
bien.
Se miró al espejo y sus ojos presentaban unas ojeras dignas
del mayor trasnochador que había conocía. Llevaba días que no descansaba bien,
una y otra vez recordaba el infierno que había pasado hacía unos años, ese
mundo apocalíptico que se había generado a su alrededor por alguien que quiso
jugar a ser Dios.
Se había desvelado completamente, se acercó a la ventana que
daba a la sala oeste del piso, miró hacia el horizonte y resopló. Su mano
apoyada en el cristal, reposaba en esa posición recordando el pasado. De sus
labios surgió un “ojala estuvieras aquí…”.
Desde la ventana se podía ver que era un piso de gran
altura, desde ahí se podía ver la ciudad iluminada, aunque fueran altas horas
de la madrugada se podía ver movimiento en las calles, las luces iluminaban con
fuerza cada callejón. Ya hacía unos cuantos días que tenía pesadillas,
recuerdos duros…
Y una explosión lo sacó de su absorta forma, rápidamente se
dirigió hacia el ala este de la casa, la explosión venía de esa zona, solo
podía ver llamas que enjaulaban la central eléctrica. Cogió un walki y pidió
explicaciones, en unos minutos sus hombres le avisaron de un atentando, el
tendido eléctrico perdería potencia si no conseguían arrancar los grupos de
emergencia manualmente.
Rápidamente se puso una cazadora, se abrochó ese cinturón
tan característico dónde llevaba todo lo que necesitaba. Y empezó a bajar dando
órdenes por el walki, “encontrad al responsable y traerlo ante mí, quiero que
redobléis la guardia en los puntos débiles del tendido”.
A medio camino el ascensor paró en seco, golpeó una de las
paredes, su rabia iba creciendo y no quería quedarse encerrado de brazos
cruzados ahí dentro. Así que consiguió abrir la escotilla y bajar por las
escaleras de seguridad, 15 pisos fue una ardua tarea pero era su deber. Cuando
por fin salió del edificio encontró a uno de sus hombres en el portal de su
casa, apuñalado, y entre el puñal que había atravesado su corazón se encontraba
una nota: “La evolución de los más fuertes, no podréis detenernos”.
No entendía de quien podía ser ese mensaje, una llamada al
walki hizo que saliera de sus pensamientos.
- Señor, nos enfrentamos a algo totalmente nuevo, ¿deberíamos evacuar a lo ciudadanos
- Descríbeme al enemigo, soldado!
- Joder! No sabría decirle que son, son parecidos a los zombies pero hay que vaciarles un cargador entero para que caigan.
- Disparad a la cabeza!
- Eso hacemos! Pero no es tan fácil con enemigos tan rápidos!
Una extraña nota, unos enemigos que no habían visto antes,
porqué ahora, y más en esa fecha especialmente señalada en su agenda. Se
volvería a repetir el holocausto… Jamás! Él no dejaría que eso pasara…
“Evacuad a los civiles, vamos a convertir la zona de la
central, en una zona de guerra, el búnker está preparado, intentad llevar a
todos los civiles ahí… Es una orden! Entrented a esas bestias hasta que llegue,
me ocuparé de ellas personalmente”
Contiunará…
2 comentarios:
NO SABÍA QUE TUVIERAS BLOG TAMBIÉN! UE! Te puedo spamear por aquí? Jajaja.
No lo abandones Dakooorrrr!!! Para cuando el siguiente?? :)
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