28 feb 2011

Cambio de percepción

Hoy tengo un tema divagando por la mente, sin duda nada importante pero si es cierto que me hace gracia como ha cambiado mi percepción. Como algunos sabréis, durante un periodo bastante largo viví el día a día con una longitud horaria bastante amplia. Si un día tiene 24 horas, yo vivía despierto durante 22 o 23 horas.  10 meses de puro insomnio…

Durante ese tiempo aprendí a oír con los ojos, ver con los oídos y hablar con el corazón.  Bueno dejando frases épicas a un lado, si es cierto que aprendí a valorar el silencio como un don preciado, a disfrutar de la oscuridad en todo su esplendor. Es acojonante la de sonidos que no percibimos durante las horas en que todo está en calma, ya que la gente normal duerme.

Recuerdo estar completamente en calma, tirado en la cama, oyendo mis propios pensamientos, viendo los movimientos que transcurrían en otras salas de la casa, e incluso en la de los vecinos, y tan solo con el sonido. Una puerta que se abre, unos tacones que se deslizan sobre el parquet del vecino, una cama vieja a la que le chirrían los muelles, el puto niño del vecino haciendo botar una pelota justo debajo de mi cuarto y parece que retumba.

Son cosas, que aunque a veces molesta, he llegado a apreciar. Antes de que todo esto me pasara y la dulce rutina me hacía ver con menos claridad, oír a mi madre gritar desde la cocina para que fuera ayudarla era casi un milagro, ahora sin embargo la oigo incluso cuando habla bajito para no despertarme.

Pero claro como digo a veces molesta, a veces es un inconveniente, sobre todo cuando llegas de trabajar a las 7:30 de la mañana, el sol empieza a asomarse por mi ventana, mi padre enciende el televisor para ver las noticias, el café empieza a salir de la cafetera como exhalación. Dormir, ahora que más o menos tengo el sueño regulado, se convierte en una odisea.

Sin embargo creo que este cambiado de percepción ha mejorado algo mi vida, amo el silencio aún más que antes, más que escuchar música a conciencia para encontrar algo que me llame la atención,  la oigo con todos sus matices y disfruto con el sonido de la noche.

Y visto que habéis llegado hasta aquí y agradeceros el esfuerzo de leer esta pequeña reflexión, hoy os adjunto otra canción que me encanta: 

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