16 nov 2011

Un chupito de Realidad... Danger! Danger!

A lo largo de mi vida he conocido mucha gente, si he de ser sincero tantísima que no podía recordar a cada uno de ellos. Entre mi mala memoria y todas las caras que han formado parte de mi ser, aunque haya sido por unos simples minutos, es difícil acordarse de todos. Y más si alguno de ellos no ha dejado su huella en ti.

Siempre me he caracterizado por ser extrovertido y no tener problemas en conocer gente nueva, abrirme y crear un nuevo vínculo es fácil para mí. Eso no quiere decir que sea también fácil romperlo, ni mucho menos.

De todos he aprendido algo, una lección ya sea para bien o para mal, me han enseñado cosas triviales que me han hecho reír, llorar, sentir, querer… Miles de sentimientos. Me ha gustado rodearme de gente que comprendiera que muy posiblemente no soy como ellos, no soy como el resto ya que tengo un trasfondo muy triste, que poca gente puede llegar a comprender. Pero sin embargo me han aceptado, y al igual que yo les he aceptado a ellos.

Me gusta la gente que tiene algo que decir, que tiene algo que contar, que me haga reír de manera inteligente, que ponga a prueba mi capacidad intelectual, que haga que me esfuerce por conocerle más… Pero sobre todo me gusta la gente que va de cara, que no necesita esconderse tras un diván y clavarte un cuchillo por la espalda. Eso hace que te puedas llevar grandes sorpresas y cómo no decepciones.

Hace no mucho me hizo pensar en todo esto, en la gente que me rodea, en la gente que veo en el día a día, esos que se pueden considerar mi grupo de amigos, y toquemos madera para que no se rompa en muchos años, y si puede ser en toda la vida mucho mejor. Durante esa conversación me insinuaron que no comprendían que hacía con según que gente, pues me veían por encima de ellos, por mi forma de ser, mi forma de hacer las cosas, de pensar…

Digamos que estábamos en planos diferentes, cosa que no es mala ni mucho menos, ninguno es mejor que el otro. Mi primera respuesta fue sencilla, esa gente saca el niño que llevo dentro, y hace que vea la vida un poco más alegre de lo normal. Aparta al Dako serio para enseñarle que con un poco de ilusión todo se lleva mejor. No me considero pesimista, si realista… y por lo que me ha tocado vivir, y sigo viviendo, a veces hace muy difícil ver el vaso medio lleno.

Esa fue mi primera respuesta, la que salió sin más de mi corazón, y que espero que nadie se tome a mal. Sin embargo dada mi forma de ser, soy un tipo que se fija mucho en los detalles, desde una simple frase, hasta un punto y coma dónde no debería estar, una simple foto… De estas cosas se me suelen escapar pocas, y eso me ha dado a entender porque quiero tanto a esta gente que me rodea.

Si es cierto que sacan el niño que nunca pude sacar cuando era un enano, si es cierto que me hacen ver la vida de otra manera, pero también es cierto que son gente que van de cara, esa que tanto me gusta, que te cogen y te dicen cuando algo no le gusta, “Mira Dako eres un poco gilipollas… si lo vuelves a hacer pues igual te reviento”. Y yo eso lo respeto al máximo, porque si peco de algo es de una excesiva sinceridad. Si te tengo que decir guapo/a te lo digo pero si te tengo que decir gilipollas tampoco me corto.

Y entonces ves esos detalles, de gente que tiene otras formas de hacer las cosas, y que creen estar a otro nivel, y piensas… “Pues va a ser que no, va a ser que no estás a otro nivel… estás al mismo o incluso uno más bajo, ese en cual se te puede considerar un/a niñato/a”.

A mí esa gente me ha decepcionado, con esto no estoy diciendo que sea un ataque directo a mi persona. Ahí es cuando te das cuenta que la naturaleza del ser humano es verdaderamente extraña, que el tío que te puede parecer más niño puede ser una eminencia, y que el que por su forma de ser y expresarte te parece alguien culto, inteligente… se convierte en segundos en la persona más tonta del mundo.

Ojo, imagino que mucha gente le habrá pasado lo mismo conmigo, no nos vamos a engañar, yo no soy ningún santo, sino más bien un hijo de la gran puta. Pero sin embargo me gusta hacer las cosas bien, me gusta tener ese toque de humildad que te da la oportunidad de explicarte o que la otra persona se explique. Y sé que este texto puede levantar ampollas, lo sé, de hecho últimamente lo que escribo me parece que puede afectar a más de uno…

Sin embargo escribo como lo siento y me siento, o como simplemente me hacen sentirme las circunstancias, sin ánimo de herir a nadie pero diciendo la verdad como siempre. Y al que no le guste pues será porqué algo de lo que he dicho le ha escocido, se ha sentido identificado con la parte que no me gusta. Ahí ya no puedo hacer nada amigo… Simplemente pedirte disculpas por sacarte de tu mundo mágico, del país de gominola de la calle de la piruleta, y darte una dosis de realidad, de darte un momento para mirarte frente al espejo y preguntarte a ti mismo si estás haciendo las cosas bien.



Vivir al niño de mayor la tonta excusa es 
Cesar mi orgullo perdedor y mñn aquí estaré
No tengo siempre la razón, eso lo he de entender 
Si quiero más de ti, un poco más de ti


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